La Escuela de San Giorgio degli Schiavoni

Un tesoro escondido

En la Edad Media, se desarrollaron en Venecia numerosas cofradías y gremios que, a partir del siglo XV, se dividieron en escuelas grandes y escuelas pequeñas, según su función.

La única Scuola Piccola que aún existe, ubicada en Castello, uno de los seis “sestieri” de la ciudad, es la de San Giorgio degli Schiavoni. Dedicada a los santos patronos Jorge, Trifón y Jerónimo, la Escuela fue fundada en 1451 por un grupo de dálmatas residentes en la ciudad, llamados “Schiavoni”, del antiguo nombre de una región de Dalmacia. La Escuela nació para defender los derechos de los ciudadanos dálmatas que emigraron a Venecia debido al expansionismo turco.

A principios del siglo XVI, gracias a la donación de una preciosa reliquia vinculada al nombre de San Giorgio por parte de Paolo Vallaresso, Provveditore de la República, los hermanos decidieron embellecer el interior de su sede. Encargaron a Vittore Carpaccio, un pintor de cuentos, que pintara una serie de lienzos, algunos de los cuales estaban dedicados a San Giorgio.

El santo, representado como caballero, se enfrenta y vence al dragón, símbolo general del mal contra el bien. Sin embargo, la imagen del dragón, una bestia aterradora, formaba parte de un bagaje cultural bien conocido por los venecianos. Fue identificado como enemigo de la República, como metáfora de la guerra entre los venecianos y los turcos.

Con la caída de la República en 1797, Napoleón Bonaparte puso fin al sistema de gremios venecianos, por el que Venecia había destacado a lo largo de su dilatada historia. La razón por la que se salvó esta Escuela estuvo ligada a la particular atención que los franceses mostraron hacia Dalmacia.

El ciclo pictórico de Carpaccio aún se encuentra “in situ” en la planta baja de la Scuola. Por eso, con motivo de la exposición dedicada al artista, que tendrá lugar en el Palacio Ducal, en los apartamentos del dux, del 18 de marzo al 18 de junio de 2023, se recomienda una visita.

 

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